Tal como soy

La prédica trata sobre la relación entre Dios y el ser humano, enfocándose en la paternidad de Dios y la vulnerabilidad del hombre. Se aborda cómo, como hijos de Dios, a menudo intentamos esconder nuestras fallas o ir en contra de Su voluntad, comparándolo con el comportamiento de los hijos hacia sus padres. Se menciona la historia de Jonás, quien intentó huir de su propósito, y el esfuerzo vano que conlleva tratar de esconderse de Dios.

El predicador destaca que sostener una mentira o intentar vivir bajo una fachada de perfección es más difícil que aceptar la verdad y reconocer nuestras imperfecciones. Utiliza la historia de Pedro, quien negó a Jesús tres veces, y cómo, a pesar de sus errores, fue restaurado por el Señor, quien lo confrontó con amor en repetidas ocasiones preguntándole si lo amaba.

Otro tema central es que Dios nos conoce profundamente, incluso antes de que hablemos o actuemos. Se enfatiza que, al igual que los peces necesitan del agua para vivir y las plantas de la tierra, el ser humano necesita estar conectado a Dios para vivir plenamente. Separados de Él, estamos fuera de nuestro "elemento" natural.

El mensaje final es que Dios no busca perfección, sino corazones sinceros, rendidos y dispuestos a ser transformados. No podemos escondernos de Dios, y aunque tengamos fallas, Él nos conoce, nos ama tal como somos, y nos elige a pesar de nuestras debilidades.