Vivir como elegidos de Dios

La predicación basada en Colosenses 3:12-17 enfatiza la importancia de vivir como elegidos de Dios, mostrando características como la misericordia, la humildad y la paciencia. Aquí hay un resumen de los puntos clave:

- **Identidad en Cristo:** Se comienza recordando que somos escogidos, santos y amados por Dios. Esta identidad nos llama a vestirnos de virtudes que reflejen el carácter de Cristo.

- **Actitudes y Comportamientos:** Se mencionan actitudes como la entrañable misericordia, benignidad, humildad, mansedumbre y paciencia. El llamado es a soportarnos y perdonarnos mutuamente, tal como Cristo nos perdonó.

- **El Amor como Vínculo Perfecto:** Se destaca que el amor es el vínculo perfecto que une a los creyentes y permite que la paz de Cristo gobierne en nuestros corazones. Se nos recuerda que hemos sido llamados a formar un solo cuerpo.

- **La Palabra de Cristo:** Se anima a que la palabra de Cristo habite en nosotros abundantemente, enseñándonos y exhortándonos con sabiduría. También se menciona la importancia de expresar gratitud a Dios en todo lo que hacemos.

- **Agradecimiento en la Vida Diaria:** El predicador comparte una experiencia personal sobre la gratitud, reflexionando sobre cómo, a pesar de las dificultades (como montar en bicicleta contra el viento), es importante reconocer las bendiciones de Dios en nuestra vida.

- **Corrección con Amor:** Se enfatiza que la corrección entre los hermanos debe hacerse con amor y sabiduría, y no de manera crítica o dura. El objetivo es enseñar y edificar a otros en la fe.

- **Demostrando la Presencia de Dios:** Se menciona que muchos no sienten a Dios cerca, y es nuestra tarea, como creyentes, demostrar que Dios está presente en nuestras vidas a través de nuestras acciones y actitudes amorosas.

- **Propósito y Crecimiento Espiritual:** Se anima a encontrar propósito en todo lo que sucede y a ver las dificultades como oportunidades para crecer en la fe y madurez espiritual.

- **Viviendo como Reflejo de Cristo:** Finalmente, se hace un llamado a vivir de tal manera que otros puedan ver a Dios a través de nosotros, mostrando su amor y misericordia.

Esta predicación nos desafía a vivir de acuerdo con nuestra identidad en Cristo, reflejando su carácter y amor en nuestras interacciones diarias.

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