Obedeciencia

Esta predicación se basa principalmente en la parábola de los dos hijos, encontrada en Mateo 21:28-32, y se utiliza para hacer una reflexión sobre la obediencia verdadera frente a la obediencia superficial. A través de la parábola, Jesús compara las actitudes de dos hijos: uno que inicialmente rechaza la orden de su padre pero luego se arrepiente y obedece, y otro que promete obedecer pero no lo hace. El mensaje central es que el primer hijo, a pesar de su resistencia inicial, cumple la voluntad de su padre al arrepentirse y actuar. Esto contrasta con los fariseos, que, aunque dicen seguir la ley y la voluntad de Dios, en realidad no lo hacen, mientras que los publicanos y las rameras, a pesar de su vida de pecado, se arrepienten y aceptan el mensaje de Juan el Bautista.

La predicación también enlaza esta parábola con la del buen samaritano (Lucas 10:25-37), resaltando la diferencia entre una fe activa y una fe pasiva. Se critica la actitud de quienes dicen ser devotos a Dios pero no actúan en consecuencia. Los sacerdotes y levitas, representando a los religiosos de la época, pasan de largo ante el necesitado, mientras que el samaritano actúa compasivamente.

El predicador enfatiza que a veces los creyentes caen en una doble moral, mostrando una apariencia de piedad mientras en su vida diaria no aplican los principios de Dios. Se exhorta a que no solo se diga "sí" a Dios con palabras, sino que se obedezca con acciones reales, dejando los problemas en manos de Dios y confiando plenamente en Su plan.

Finalmente, se menciona el Salmo 23:5 para ilustrar cómo Dios provee y cuida a sus hijos en medio de sus dificultades, y se destaca la importancia de no intentar resolver los problemas por cuenta propia, sino confiar en que Dios tiene el control y que Su propósito es ser glorificado en todas las circunstancias.

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