Cuál es nuestra excusa?

La predica se centra en el pasaje de Job 34:19, donde se destaca que Dios no hace acepción de personas, lo que significa que Él no discrimina entre ricos y pobres, príncipes o humildes, porque todos son su creación. A lo largo del mensaje, se explora cómo a menudo las percepciones externas y las etiquetas que la sociedad pone sobre nosotros pueden influir en nuestra identidad y en cómo nos vemos a nosotros mismos.

El orador utiliza ejemplos de cómo las personas son definidas por su apariencia o su estatus, como "el pelado" o "el flaco", y enfatiza que estas definiciones externas no son representativas de quiénes somos realmente ante Dios. Subraya que nuestra verdadera identidad es ser hijos de Dios, lo que trasciende cualquier característica física o condición social.

Además, menciona ejemplos de personajes bíblicos que, a pesar de sus imperfecciones o circunstancias adversas, fueron usados por Dios para cumplir propósitos significativos. Esto invita a la reflexión sobre las limitaciones que a veces creemos sobre nosotros mismos debido a las opiniones ajenas y cómo debemos permitir que nuestra identidad en Cristo sea la que nos defina.

El mensaje concluye con una exhortación a no dejarse influenciar por el entorno, sino a confiar en que Dios tiene un propósito para cada uno de nosotros, animando a la congregación a actuar en consecuencia y a ser portadores del mensaje de Dios en el mundo. La pregunta final que se plantea es: "¿Cuál es nuestra excusa?" para no permitir que Dios nos use, recordando que somos simples mensajeros del mensaje divino.